Periodismo low cost para el ciudadano de rebajas

ALBERTO D. PRIETO

PortadaTrenQué fue primero, ¿la gallina o el huevo? ¿El periodismo low cost o el ciudadano de rebajas? Nunca me he levantado con tantas interacciones en twitter como esta mañana, la posterior al accidente de Santiago. Sí con mas RT, el día de los SMS de Rajoy con Bárcenas, por ejemplo, más de 320 personas rebotaron la portada del periódico.

Tengo por costumbre acostarme compartiendo la primera de EL MUNDO de primera edición; a mis alrededor de 1.400 followers se unen los casi 20.000 que siguen la cuenta de @elmundo_orbyt. Una enorme audiencia potencial… pero los lectores, en twitter o donde sea, suelen ser pasivos: miran y o no reaccionan o lo hacen para sí.

Sin embargo esta mañana, decenas de personas aparecían en mi Twitter. No felicitaban a su periódico por una magnífica cobertura, como la de mis compañeros. Sino que lamentaban indignadas el titular del diario —‘Alta velocidad mortal’— y la foto que lo acompañaba, por mostrar cadáveres.

https://twitter.com/b2fly2000/statuses/360171317850423298

https://twitter.com/KikaSandovalZ/statuses/360166916830138369

¿Cuál es el problema del titular? Alguien ha querido ver en él un juego de palabras macabro, o incluso un ejercicio de cartelería cinematográfica. Más allá de que no fuera una imprudente atribución de responsabilidad al maquinista, sino la traslación al título de las causas que se están confirmando como las reales del siniestro –y que ya desde anoche se barruntaban–, más allá de eso, digo, parece evidente que había que destacar que el de ayer era el primer accidente en una vía AVE en España.

Wasap¿Y la imagen? Éstas son las instrucciones que le di, ya desde casa, a mi compañero en la redacción para que elaborara una galería fotográfica para enriquecer visualmente la edición de EL MUNDO en Orbyt, de la que soy responsable: «Hola Jose. Haz una galería del accidente de Santiago. Con tacto, pero con la noticia. Ok?».

La noticia no se compone sólo de textos, ni de datos, la noticia también es imagen. De hecho, los fotógrafos de prensa se llaman fotoperiodistas. No es lo mismo una captura de un turista que la de un profesional. No es lo mismo un plano de muertos que de muertes. Y los que nos dedicamos a este oficio no tenemos derecho a cambiar la realidad: es la que es, con su hermosura y su dolor. Si nunca, en ningún soporte, se publicaran fotografías de los efectos de un atentado, no podríamos recordar, por ejemplo, los actos terroristas en toda su crudeza. Y la memoria es necesaria. También la visual.

¿Qué queremos, una verdad edulcorada? La perniciosa moda se impuso a partir del 11-S. Alguien decidió que mostrar imágenes de víctimas, muertas o heridas, ensangrentadas, sufrientes, doloridas, descoyuntadas, era faltarles al respeto. Es la opción sencilla, la renuncia a la responsabilidad del informador para evitar las críticas del público, que ha decidido proscribir el dolor, como si éste no existiera. Es el periodismo del ruido tuitero, más atento a las broncas virales que a su obligación.

Al final, acabamos desconfiando de nuestra capacidad para discernir si es noticia o es morbo y nos creemos que la elección está entre el todo y la nada. Pero no: en medio de eso está el suceso, la realidad descrita con los datos adecuados para que sea comprendida en toda su magnitud. En toda ella. Toda.

portada-con-sin¿Quién es responsable de esto? ¿El director de periódico que de buena fe atiende a sus tuiteros y le da un corte diferente a una foto para que no aparezca un cadáver, producto de un terremoto? ¿O los ciudadanos que han decidido optar por una vida de rebajas en la que las cosas sucedan pero menos?

Creo que todos en nuestra medida somos responsables. No hay más que ver que anoche ninguna cadena generalista de televisión interrumpió su programación, renunciando a su obligación para informar de los hechos –por abulia o por dinero– y que, a pesar de eso y a pesar de que TVE24h tardó casi tres horas en reaccionar, no hubo un abandono masivo de los espectadores en busca de información por otros soportes: las teles no sólo no perdieron audiencia respecto a días anteriores, sino que la ganaron. Pues eso, la gallina y el huevo.

12 comentarios en “Periodismo low cost para el ciudadano de rebajas

  1. Sólo una precisión. Dices que ninguna cadena generalista interrumpió su programación y que el Canal 24 Horas tardó tres horas en reaccionar. En el Canal 24 Horas ya estaban informando sobre el accidente pasadas las diez y media (una hora y cuarenta y cinco después) y La 1 le dedicó un especial aproximadamente entre las once y la una. Otra cosa es que lo hiciesen mejor o peor y si aún así su velocidad de reacción fue la adecuada, pero creo que no está de más matizarlo.

    • el canal 24h, como se ve en el enlace, inició su especial informaticvo a las 23.24h. O sea, casi tres horas después del accidente.
      La1 no interrumpió su programación: esperó a retirar Comando Actualidad para dar el especial a las 23.15h
      En todo caso, me refería a las privadas generalistas. A La1 ni la había nombrado por la vergüenza que me dio… y porque ya daba el ejemplo de su 24h, el canal específico para ello.
      Un saludo y muchas gracias por tu comentario.

  2. Coincido en tu valoración. Nosotros (casi) siempre somos responsables de lo que nos pasa. De lo que leemos, vemos y comemos.
    Por otra parte, fue lamentable ayer el espectáculo de las tvs (con minúsculas) emitiendo “lacrimaes” artificiales, vaguedades y juegos de tronos. Luego la chica de La1 haciendo lo que podía, con lo que tenía.
    Considero que se fomenta mucho mas morbo con las palabras. Los tonos, unos entrecomillados, unas impertinencias, son mucho peores al desviar la atención a focos de interés que no proceden, que son interesados o sencillamente maliciosos. Hay mucha gente aburrida en Twitter. También mucho cobarde, y sobre todo mucho idiota. Hemos descubierto que el mundo (real) está lleno de sarcasmos con patas y aprendices frustrados del Club-de-la-Comedia.
    Las noticias son las que son. Quien no las quiera ver, a Tele5 (mencionado como extremo símbolo de lo zafio).

    • Lo de ayer fue un síntoma terrible del cáncer de mi oficio, y de la metástasis en sus consumidores. En realidad, he querido ser magnánimo con mis colegas, pero creo que los principales culpables de esto somos los periodistas. Soy de los que piensan que el lector, el oyente, el espectador, el usuario, es un ser inerte mientras no demuestre lo contrario; y en caso de que lo demuestre es muy probable que lo que diga sirva sólo como un indicador general, no como un valor en sí mismo.
      Así actúo con las interacciones en tuiter y en el blog de fútbol en MARCA, donde hay demasiado borracho aburrido en la barra del bar deseando soltar su perorata.
      Luego, en ambientes como el que genera este blog, los que interactuáis sois de otro tipo: interesantes, locos como yo por la comunicación, la política y la sociedad… Ahí sí puede haber diálogo.
      Pero no con un telespectador medio. Con ése, no. Y ya se vio ayer.
      Un abrazo fuerte, Carlos

  3. Te alavo la intención pero tengo que discrepar. La culpa en todo caso es de todos, a partes iguales.
    Yo no leo-veo-escucho lo que no quiero. No quiero que me manipulen ni me adoctrinen. Yo no creo en rebaños. Siempre se puede elegir apagar el aparato o cambiar de canal y releer una novela de Saint-Exupéry.
    Por qué no lo hacemos mas ? Básicamente por vagancia. El sabio refrán dice: «La pereza es la madre de la pobreza». A veces me dejo engañar (un rato), pero soy consciente de ello.
    La conciencia de nosotros mismos es lo que nos diferencia del mapache.
    Otro abrazo desde los 19º 😉

  4. Coincido contigo. Ya los americanos prohibieron publicar fotos de soldados muertos en la guerra (no recuerdo si Irak o Afganistán). En ese caso era para evitar la publicidad negativa.
    Pretendemos vivir en «un mundo feliz», con programas del corazón y series en la tele. Nada del mundo real, sólo «pan y circo». Estamos adoptando esa hipocresía puritana tan anglosajona.
    Pero a ver quién es el valiente periodista que decide ir contracorriente.
    ¡Ánimo!

  5. Soy una de las decenas de tus interacciones de ayer quejándome por el titular del periódico. Yo, personalmente, apoyo la fotografía que aparece y coincido contigo en mostrar la muerte, en que la realidad se ha de mostrar con la crudeza que posee. Distinto sería una fotografía en la que el lector podría hacer una clara identificación del cadáver.
    Respecto al titular, mi queja no se debía a la atribución de la alta velocidad como causa, sino a la manera de contarlo; bien podría pasar por una película de Antena 3 del domingo por la tarde, y eso para mí es sensacionalismo. Esa es la palabra que se me viene a la mente al leer el título y eso es lo que quise mostrarte con el tweet.
    Quiero dejar claro que aplaudo el hecho de que hayas escrito una entrada en el blog para contestarnos, demuestra interés por el lector. Pero el comentario de que somos el cáncer de tu oficio, telespectadores medios… No somos solo cuentas de twitter con ganas de meter cizaña. Por mi parte estoy muy volcada al periodismo y espero no ser la única ofendida con el comentario.
    Para terminar, todo son opiniones, por ello afortunadamente hay variedad de prensa y de lectores. Tu posición me parece clara y sumamente respetable. Un saludo.

    • Hola… si te ha ofendido el comentario en lo personal es un error mío al expresarme… porque ¡son precisamente los lectores como tú los que quiero! Permíteme que te tutee y te dé las gracias por leer el post y comentarlo. Lo que he pretendido mostrar al escribirlo es mi exasperación ante la culpabilización constante de la prensa. Somos culpables de miles de cosas, entre ellas, de no espabilar al ciudadano, no darle motivos para querer leernos, no hacerles sentir que sin nosotros están perdidos, al menos un poco. Pero cuando leí el titular elegido por la dirección del periódico dije: ole, perfecto, pocas palabras, precisión, impacto, explicación… EN TRES PALABRAS, era perfecto. Sobre todo si se confirmaba, claro, lo que parecía evidente. Se va confirmando que la causa principal era la velocidad, además de las múltiples circunstanciales que se verán con las investigaciones. Entonces, ¿por qué señalar al periódico? Que uno lo haga, cada uno tiene sus motivaciones y jamás juzgaré a ningún lector individualmente (espero no hacerlo, es mi compromiso) por sus motivos íntimos para pensar tal o cual cosa; pero mi impacto fue ver que era el día en que más gente me decía esas cosas por tuiter. Y no era sólo por el alcance de la noticia, pues la argumentación era casi siempre la misma. Esta mañana me he tomado la ‘molestia’ (ha sido un placer) de contestaros a todos con un enlace al post… ¡y he tardado un buen rato! Sigo creyendo, y hoy más, que el titular era perfecto. Y que su parte ingeniosa, que sin duda la había, que es lo que entiendo que era lo malentendible como sensacionalista o que hacía era condensar varios conceptos en uno, para mostrar la paradoja de que la alta velocidad puede ser mortal si no se utiliza convenientemente. Nada que no sepamos, claro, pero nada se podía aportar más que datos (ya conocidos por las webs) y un enfoque determinado (el del titular).
      Un saludo muy afectuoso y gracias por tu comentaro. De verdad que es un placer. ¡Viva el periodismo!

    • Lo he visto. Gracias. Ha sido un honor enorme que el maestro coincida conmigo. Aunque es cierto que su ética me enseñó a conformar la mía hace 20 años… Un saludo, y gracias de nuevo!

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