#BringBackOurGirls

ALBERTO D. PRIETO

Un amigo me dice que a los cerdos de Boko Haram no se les va a llenar el tuiter de menciones por mucho hashtag con fotos de famosos y tal.
Pero si nadie asume públicamente la reivindicación, ésta no se hace tan visible, y no conciencias a la gente de algo que está tan lejano, y no pones en el mapa a las 300 negritas, que son negritas, y africanas, y pillan lejos, y sin gente movilizada los gobiernos occidentales no se mueven, porque sin motivación electoral no mueren un pelo de la barba, y si no se mueven nuestros gobiernos, presionando al corrompidísimo e incapaz ejecutivo nigeriano, no hay nada que hacer. Esas negritas seguirán siendo violadas 15 veces al día y vendidas después, cada una de ellas, a otro cerdo que lo hará sólo dos o tres veces diarias, pero eso sí, para siempre. O hasta que se canse. Y compre a otra negrita. Y así.
Algo hay que hacer. Y como no hay imágenes de las violaciones, para concienciar a la gente habrá que hacerse selfies con un cartel y un hashtag.
Lo que sea.

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Una guerra un poco

ALBERTO D. PRIETO

Turismo o Revolución? #españa

Turismo o Revolución? #españa

Dice Arturo Pérez Reverte que nos falta una guerra. Y yo le doy la razón. Sin desearla, claro. De manera retórica en lo tocante a sus efectos externos, pero de manera positiva en lo referido a sus efectos morales. Nos reunimos para criticar más que para proponer y no reconocemos el valor de abrir un grifo, de poder presentar una queja, de que haya oposiciones a policía y no opositores parapoliciales.

A los españoles nos falta una guerra porque ni la nuestra es nuestra. La Guerra Civil, ésa que les daba entre vergüenza, pudor y culpa detallarnos, ésa que los planes de estudio dirigían hacia un sitio y los profesores hacia otro y que, en el empate, se quedaba entre las lecciones a las que nunca llegábamos, ésa, nos queda lejos. Son 80 años y cada vez menos viejos para contarnos el frío que pasaban en la guerra. El franquismo se murió en la cama y hoy unos tratan de matar a Franco con retraso y los otros no saben cómo decir que no está vivo. Viven hoy peleas pasadas y nos sacan de la lucha actual, porque los argumentos viejos sólo mueven banderas, no conciencias.

Nos falta una guerra porque las atrocidades de la II Guerra Mundial, es curioso, pero no las hizo nadie. Ya ninguno queda de aquéllos. No sólo es que fueran alemanes, es que eran unos alemanes que se extinguieron y sólo salen en las pelis con su parafernalia cinematográfica marcial y gritona. Acabó la guerra y ¡puf! ya no estaban. Se juntó que Alemania la dividieron, que las trincheras se convirtió en guerra fría ideológica con otros bandos antes aliados y que las leyes del país, para prevenir, prohíben y la sociedad, para purgarse, proscribe siquiera pronunciar ciertas palabras. Además, hoy son los líderes de Europa, así que los miramos como se mira al rico a la puerta de la iglesia, esperando unas monedas…

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Perdidos en Marrakech

(C) ADPrieto

ALBERTO D. PRIETO
H
e olvidado su cara. Es más, tampoco sé si la había visto antes. Admito que espero no volver a verla jamás. No sabría cómo reaccionar si, por un azar del destino, esa señora viniera y con su mirada me recordara lo que hice. Y me hiciera ver que ella sí se acuerda.

He olvidado su cara, pero no su gesto, aterido; su asiento recoleto en un pollete, o quizá un escalón, tampoco lo recuerdo. Sólo sé Sigue leyendo

En vía muerta

ALBERTO D. PRIETO

La cumbre del G8, ésa que se anunciaba como la de la sensibilidad hacia los países pobres, había abierto unas expectativas que hasta ahora no eran imaginables. Ni siquiera los atentados del jueves en Londres cambiaron el discurso almibarado de los líderes del norte opulento. Hoy, las ONG al menos podrán sentirse orgullosas de su labor de concienciación. Su mensaje es lo que ha llevado a los líderes de los países más industrializados a anunciar que se iba a buscar un cierto avance «frente a todos los males del mundo», en palabras de Tony Blair. Sigue leyendo

Pobres, enfermos y condenados

ALBERTO D. PRIETO

Cuando un pobre cae enfermo, deja de trabajar, que es lo único que tiene, y gasta sus ahorros, que es lo único que le queda. Ahí comienza un círculo vicioso. La enfermedad es consecuencia de la pobreza: la mala alimentación, la falta de agua potable y de servicios médicos hacen más vulnerables a los habitantes de los países en desarrollo. Sigue leyendo

Las nigerianas pobres y feas nunca serán ‘misses’

ALBERTO D. PRIETO

Ni Safiya es guapa ni Amina luce los últimos modelos de Versace. De hecho, les faltan varios dientes y sus pechos están caídos. Quizá no había tienda de sujetadores por allí, o quizá tuvieron que amamantar a sus bebés. En cualquier caso, nunca hubieran sido elegidas misses, ni siquiera Miss Desgracia, porque ni siquiera en la desgracia son especiales. Sigue leyendo